Cenobio de Valerón, uno de los yacimientos
arqueológicos más espectacular Y de mayores dimensiones de Gran Canaria..
El Cenobio se encuentra en la Cuesta de Silva y se accede fácilmente desde Santa Mª de Guía o desde la carretera que une Las Palmas de Gran Canaria a Agaete. A cinco minutos en coche puede encontrar el Conjunto Histórico de Santa Mª de Guía.
El Cenobio de Valerón, declarado Bien de Interés Cultural, es el granero prehispánico más espectacular y de mayores dimensiones de Gran Canaria. Las casi doscientas cavidades existentes, fueron labradas con picos de piedra por los antiguos pobladores de la Isla hace más de quinientos años.
El espacio arqueológico se divide en una serie de galerías en torno a los cuales se disponen los silos o graneros, dispuestos en el piso y en las paredes. La tipología o morfología de las cámaras así como sus dimensiones, son muy variadas.
En muchos silos se observan las ranuras que sirvieron para recibir las puertas, que eran de madera o de piedras, selladas herméticamente con una argamasa cenicienta que aun se conserva en algunos silos.
En el interior de estas cavidades, además de herramientas y utensilios, los canarios guardaban sobre todo el cereal que serviría como alimento, simiente o para repartir en épocas de penurias entre la población.
Un historiador del siglo XV escribió que los antiguos canarios “…encerraban estos frutos en las cuevas de riscos más altos para que se viese allí estar más bien guardados y más durables.”
El Cenobio de Valerón, por estar situado en un terreno muy escarpado, se asemeja a una gigantesca fortaleza natural.
Por todo eso, aunque no hay una interpretación aún segura, los investigadores desechan la teoría de que este lugar era un convento o cenobio donde se recluían a las jóvenes, al cuidado de las sacerdotisas o harimaguadas para prepararlas para el matrimonio, ha quedado desechada desde hace tiempo.
Aún hoy algunos interrogantes se ciernen sobre el Cenobio de Valerón… pero es que son muchas las incógnitas que todavía giran alrededor de los primeros habitantes de la Isla.
El coleccionista de instantes
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