HISTORIA Y PROCEDENCIA DEL TURRON DE MOYA (La moyera)

Turrón de Moya. ¿A quién le amarga un dulce?
El turrón del país es originario de Gran Canaria, del que hay documentación escrita desde el siglo XIX. Su producción está vinculada a determinadas familias y su comercialización a las fiestas locales.

En Moya nació una de las más representativas turroneras, doña Juana Rodríguez (1876-1948), fundadora de la marca La Moyera, tradición que continuó su familia, sobre todo su hija Dolores Yánez, Lola «La Moyera» (1902-1998), la más popular de las turroneras. Otras sagas de turroneros fueron las de Juan Peralta (1888-1968) de El Risco de San Nicolás, fundador del Sindicato de Turroneros Canarios; los Ramírez, con las marcas de Almendrados y Elías; los Navarro-Ramírez y Rodríguez de Teror; además de los Medero, Trujillo, Yanes, Candelaria, Peña, etc.
Este producto se prepara con almendras, miel, azúcar, pan rallado…, mediante procesos de elaboración. Su presentación más común es en pequeñas tabletas circulares envasadas en aros o moldes de papel que, superpuestas, forman un conjunto o taco de varias unidades, forrado con papel transparente.
Su puesto de venta, La Caja del Turrón (cofre de madera de colores vivos, la sombrilla y la luz, antes una lámpara de carburo) forma parte del paisaje de las fiestas de nuestros pueblos. Nuestra industria repostera tradicional presenta otros productos como garrapiñones (pasta de almendras o manises con azúcar y agua guisados en un recipiente hasta que alcance un punto exacto para luego conformar cada unidad), pirulines y bastones de azúcar; todos ellos presentes también en los ventorrillos de los días de fiesta. Igualmente son apreciados los bizcochos y suspiros de Moya, hechos con harina y huevos, o los dulces de Teror, sobre todo la producción artesanal de las monjas del Convento de Clausura del Císter.
 
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